El frío de invierno se
vuelve cálido no lo siento espantosamente gélido calándome dentro.
Es soportable.
Me basta cerrar los ojos y mirarte, cerrar los ojos y
recrearnos… recrearme en la calidez de tus brazos, pensarme enredada en tú
pasión y en la intensidad que desbordas
al amarme; esa misma con la que me tocaste
esa noche, esa noche en que rosaste tu
boca con la mía en un beso titubeante,
pues no atinabas a saber si correspondería a tus labios temblorosos.
Y hasta hoy mí desnudez
se pierde entre los torrentes de esa pasión y deseos que se desbordan de ti desde la primera noche juntos, y es
entonces que mí cama me queda grande, pero me basta con sabernos juntos…
Y es entonces que este invierno me es soportable, aunque te
extrañe, pues la distancia no borra tus palabras de mis ojos: TE QUIERO, así
con mayúsculas.
Me has dicho te quiero después de algunas noches y días juntos, después de
algunas lágrimas y miedos que dejamos caer
sobre nosotros, después de no importar un mañana, mas que el hoy, después
de nuestro beso que nos abrió las alas;
quizá yo volé antes que tú, porque desde siempre he querido volar…
Me has dicho
Te Quiero y me basta, pues un Te Quiero
no tiene fecha de caducidad.