...Aquel hombre de los ojos transparentes café claro, y la mujer de la pálida piel, a veces eran terriblemente apasionados, calmaban su sed, bebían hasta la saciedad sus cuerpos, sus cuerpos eran agua y sed, siempre que él era sed, ella agua y viceversa.
…Conozco el exacto punto de donde eres sed,
Conoces el punto exacto de donde soy agua..
Y a veces eran apaciblemente tiernos, pero casi siempre les alcanzaban las noches y los días para expresarse con los diversos matices del amor.
En los brazos de ese hombre, el cuerpo de ella perdía peso, se volvía leve, tan leve, tan ligero, que el espacio que ocupaba su cuerpo entre la cama, el cuerpo de aquel hombre y las sábanas, era el justo para volar.
En brazos de ese hombre… la mujer de la pálida piel siempre se sentía tan ligera, tan leve, como de papel, como de humo,
como
nube
...
...
¿Será nube en brazos de algún otro hombre?
...
...
1 comentario:
Si lo es, será nube con lluvia. Nube negra y triste, nube nostálgica.
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