La imaginación me es cruel,
me imagino no contigo,
no despertando con el azul que traspasa tu ventana reflejado en mis pupilas,
no mi pálida piel contrastando con tu piel amante,
no un contigo, un sin ti…
Sin ti a dos vueltas al reloj del minutero,
que en realidad no es lejos, es tan cerca…
Pero la distancia que hay entre tu y aquí
no es el tiempo que tarda el minutero,
es el tiempo que demores en decirme estas
tres palabras juntas:
¡te amo… ven!
Y esa es la distancia que hay de un “tu y aquí”…
tres palabras que escucharlas de ti es infinitamente irrealizable,
nos amaremos,
pero ya jamás nunca despertaremos junto al azul
de tu ventana.
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