sábado, 7 de enero de 2012

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Iba de cuartos de  hotel en cuartos de hotel buscándome, pasaba de unos brazos que no me terminaban de convencer a besos que no sabían a pasión, me buscaba  entre los sexos de amantes de ocasión, jamás me encontraría porque yo me quede en una cama que no era para mí, me quede en aquella habitación viendo el amanecer como un muerto que no sabe que lo esta.

¿Cómo me encontraría si yo estaba  viva a medias? ¿Cómo quería ser la mujer que fui, si parte de esa mujer se aferró a una cama que no era suya?, se prendió  de la piel donde fue  mujer amante,  mujer liviana, la piel donde descubrió las delicias del sexo y del amor en todos sus matices, piel que  jamás sería para ella.

Desesperada me sumergía en las profundidades del placer para rescatar siquiera un poco de esa mujer… pero siempre quedaba un vacío, un hueco, un sentimiento de añoranza, de insatisfacción, de estar incompleta … no estaba del todo  viva, una parte de mí estaba en el pasado muerto de un colchón.

Hoy, tú, contigo, vuelvo a estar viva, regreso de entre los restos del ayer.

Caminaste cerca de mí, estando  medio viva, medio muerta, no me viste sonreír, me viste huir, viste mi tristeza, mi indiferencia, mi frialdad, ¿si sabías que no estaba viva del todo?, y aun  así caminaste conmigo,  estabas ahí, sin que yo me diera cuenta, porque me buscaba en otros hombres, sin saber que yo siempre he sido esa mujer que creí había dejado para siempre enterrada, esa mujer, esa mujer que tuviste en tu cama, esa mujer que se supo viva desde el primer orgasmo en tus labios. No tenía que buscarme, sólo tenía que regresar, que desprenderme, que volver, y lo hice contigo...

Déjame amarte como la mujer que soy, déjame volcar todo este amor que tengo en ti, todo este amor que llevo desde siempre…

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