viernes, 10 de diciembre de 2010

Anda... ve.

Deja que la mañana sea cómplice de lo nuevo en ti, que la noche sea parte de un hermoso pasado o que las sábanas puedan conservar por mucho más que unas horas la sabia del romance, del cortejo, del sexo arrebatado o del amor que pudiera existir en ambos.



Deja que fenezca en ese momento el tabú, que sólo exista el sonido fiel de la respiración agitada, la sonrisa cómplice, la canción en la memoria y aquella lágrima rodando por tu mejilla luego del encuentro con el orgasmo o la palabra clave que pueda abrir tu corazón entero.



Anda... hazlo.
Permite que el lenguaje de la piel sea el que predomine, que ambas sombras dibujen una sola en silueta sobre el muro, el piso, la puerta o el mismo cielo; que puedas saberte poseedora de todo el deseo impregnado en un solo hombre y que seas tú quien lo haya provocado sin temor a equivocarte.



Permite que nadie se entrometa, que en tu recuerdo anide más el saberte viva que el famoso "qué dirán"; asegúrate de que el universo se entere del poder que Dios ha otorgado en ambos sexos para fundirlos en uno solo y haz que las mieles de ambos puedan hacerte derrapar y caer de tanta que haya quedado en el piso.



Anda... no dudes.
Haz que sea el acto el que despeje tus dudas, el mismo que ya alguna vez lo hizo y que, a pesar de fundar otras, no han provocado la mella suficiente para que lastimen tu himen con rencor al momento de acercarte a su febril humanidad.


Haz que sea todo un réquiem, una sinfonía natural, una llamada sutil más plagada de amor que de sólo deseo; haz que se convierta en luz o en obscuridad, que se torne en brillo, que troque tu mirada, que ensanche tu sonrisa, que te convierta en la más espléndida de las amantes, la más perfecta, la más entrañable... aquella por quien un hombre es capaz de dejarlo todo atrás para sólo sumergirse en tu sabia.



Anda... ve, hazlo, comprueba una y diez veces más ese poder que posees, esa perfección en el ámbito más anhelado para un varón, para dos... para en los que sólo tú desees anidar.



Anda... Prometo no mirar demasiado.

Texto tomado de :

domingo, 5 de diciembre de 2010

Nina Preguntando al Público ¿Cómo están?, y todos ¡Bien....!
Nina contesta:  Y  cómo le hacen con este "pinchi" gobierno..... ¡Felicidades..!...

Foto: Nina Galindo
Festival Fuego Nuevo 4 - Dic- 2010
Explanada Iztapalapa D.F

lunes, 1 de noviembre de 2010

ALaEspera...



Esperando quizá a que  los amantes  abran  la ventana...
Quizá sólo a la mirada de los transeúntes que observan,
quizá sólo al sol y a la  luna..

...
...


A la espera  quizá simplemente...
del  tiempo que se queda y que se va,
del  tiempo que se aleja y se aproxima a la par de la memoria... 
Foto:
"A la Espera"  
Centro de Puebla
01-Nov-2010

sábado, 2 de octubre de 2010

DéjameEscogerUnLibro

No me digas esas cosas. 
No me digas esas cosas al oído,  aquí, en medio de los pasillos de la librería, déjame escoger un libro,  ahí están los de Bukowski,   y ahí los de José Agustín,  deja de seguirme  y no me digas más esas cosas al oído, no imaginas lo que siento, cada palabra que entra por mis oídos se desliza vertiginosamente hacía mi sexo,  electrificando mi cuerpo, es como llegar en un parpadeo a  tu cama,  basta una sola de tus palabras para que se vuelquen dentro mío los días de ti, los días contigo... aquellos días... Una sola de tus palabras en mi oído y el sexo se vuelve humedad. No me digas esas cosa al oído, si sigues, juro por Dios que  tendré un magnifico, delirante y exquisito orgasmo aquí frente  a José Agustín, mejor salgamos de prisa, anda llévame a una calle solitaria  o al parque de enfrente,  cada vez que me dices aquellas cosas , muero por tenerte entre las piernas,  anda apúrale, vamos a cualquier rincón ausente de gente, porque  tu casa esta hasta nunca, y el hotel a dos horas, vamos, mira ahí, como cuando estuvimos en el desierto en  medio de árboles, a la vista de cualquiera que pasará o cualquiera  que quisiera ver a dos amantes en la máxima expresión del amor, del deseo, de las ansias, de la lujuria, de cómo es que se aprovecha cada minuto, porque la ausencia será larga o quizá infinita.

Sí…. Sigue  hablándome  al oído



Escucha a Real de Catorce del Disco: Azul 

sábado, 25 de septiembre de 2010

TardeLluviosa

Pequeñas gotas golpean los vidrios del gastado, cansado y  bendito microbús que lleva a éstos pasajeros y a otros y a mí, a lugares que puedo imaginar  y los que no imagino siquiera,  sentada a la mitad  del micro que espero, a veces con una enorme ansiedad, esa ansiedad o desesperación  o deseos de que aquel transporte te lleve de un salto a tu destino,  ya sea al  descanso que da un sillón rojo o verde o amarillo,  al calor de unos brazos,  al fuego del beso del amante o al tierno beso del hijo, al acogimiento de un hogar,  a la intimidad de la cama marital o  a la soledad de una cama para uno, por qué no, también hay días que queremos llegar a la soledad, para qué, eso, eso lo sabrán,  cada una de las personas que van dentro de este micro y por qué no, también las personas de todos los microbuses de la ciudad, y por qué no decir del mundo, si así se les cataloga a éste tipo de vehículos en el mundo.

Y habrá varios más destinos a los que se dirijan estas personas, algunos días querrán llegar rápido, aprisa, de pronto, en un parpadeo, en un respiro,  otros ni llegar quisieran, van con la desgana de no llegar, las no ganas de llegar a la rutina, a lo de siempre a lo de todos los días, a ese sillón rojo, verde, amarillo, talvez escribo de más, de lo que no me corresponde, no puedo generalizar, pensar lo que piensa cada una de estas personas,  personas que como yo, esperamos en movimiento, esperamos mientras pasan los minutos, esperamos mientras pasa el tiempo, esperamos llegar, llegar, a dónde,  no se sabrá… no sabré, imagino, voy imaginando, voy concluyendo, voy dialogando con esa otra yo, mientras observo  desde mi asiento como se dibujan en las ventanas del  microbús las gotas  de   lluvia de esta tarde lluviosa.

Mira,  ahí va la madre con su pequeño corriendo para atajarse de la lluvia, lluvia que no importa a esos dos muchachos,  calculo como de veinte, caminando como si el día fuera soleado tomados de la mano, el perro callejero que  pasa la carretera como si supiera cuando el semáforo esta en rojo, lo observo con ternura que poco a poco se va convirtiendo en un dejo de tristeza, pobre perro,  conozco a personas que llevan a sus casas a perros vagabundos, un día, Alguien y yo íbamos caminando igual como los dos muchachos que caminan como si el día fuera soleado, pero con la diferencia de que ese día si era soleado,  y estaba ahí un perrito asustado a lo orilla de la carretera, dijo Alguien ya tengo muchos perros, pero no lo podemos dejar aquí, me lo llevo a mi casa. Si yo bajara del microbús y me llevará a todos los perros asustados a mi casa… si yo bajará...

Si  yo....  muchas cosas...

El mismo recorrido, los mismos lugares, el bache el de siempre, las personas diferentes,  los sentimientos  distintos cada instante.

Y  las ideas que pasan por mi mente, son  líneas que se cruzan, pasan unas por debajo de las otras, se enredan, se hacen nudo, se enredan hasta hacerse  una maraña, las voy desenredando o enredándolas más ya sea el caso, y las voy escribiendo al aire, cuidando que no se caigan y lleguen salvas hasta aquí, aveces lo logro, pero la mayoría de aquellas ideas se quedan suspendidas, atrapadas en el interior de éste y de otros cientos de micros, o se las llevan consigo cada personaje cada escena que observo a lo largo del trayecto.

Me levanto de mi asiento, anticipo la parada, la parada, mi destino de hoy.

Sigue lloviendo y camino como si el día fuera soleado, pero con la diferencia de que camino solo yo.
La lluvia mojando mi cara y mi pelo  y mi ropa, y tengo y siento tristeza, no sé por qué, si es por estar sola en un día lluvioso y caminar como si no lo fuera, o por lo que observo cada día en las calles, o por la ausencia que es también como una muerte.

Toco la puerta, entro…

Dejo  por el momento a mi otra yo.



Escucha a Real de Catorce del disco Tiempos Oscuros:




domingo, 19 de septiembre de 2010

Concierto



Del más profundo azul de José  al  rosa de Delgadillo. 
Como en mis ventitantos cantando "Ten miedo de mí".

Foto:
Concierto  de Fernando Delgadillo Zócalo de Puebla, 
18-sep-2010

domingo, 12 de septiembre de 2010

No Se Puede Matar Al Amor

Septiembre 10, 2010 por Fundación José Saramago
Yo creo que el sentimiento es como la Naturaleza. No podemos, en nombre de la experimentación, de la frialdad científica, de la objetividad y de todas esas cosas, expulsar el sentimento de nuestras preocupaciones y de las obras que vamos escribiendo. El sentimiento estará siempre de moda, porque hombre y mujer siempre sentirán amor. No se puede matar al amor. Por eso tiene una presencia tan importante en mis novelas.





“La isla ibérica. Entrevista con José Saramago”, Quimera, Barcelona, nº 59, 1986






Escrito en Otros Cuadernos de Saramago

viernes, 3 de septiembre de 2010

BañadaporlaLunademisTreintayTres

Hoy deje ser un “Hada …. Bañada por la luna de mis treinta y tres”, casi  parafraseando a José junto al Real.

Deje de tener tres y tres, treinta y tres, dos veces mi número de la suerte.

Hace mucho me revelaron lo que para mí significa el número tres, el que rige tu  vida, me dijo la señora frente a las cartas del tarot, y yo frente a esa mujer, y las cartas entre las dos. Y estaba  frente a la  que lee las vidas en  aquellas cartas que hablan del destino, el destino que se cumplió y el que se cumple y el que se  va cumpliendo,  de lo primero y de lo segundo estuve en total acuerdo, pero de este tercer verbo en gerundio que escribí para describir al destino, de eso, de eso sí que ya ní lo creo ahora, cabe decir aquí, que en ese momento sí que lo creí. Ya hace años de esa visita con  las cartas, que al partirlas en tres, otra vez tres, pasado, presente y futuro, mi vida quedo al descubierto a los ojos de aquella señora que lee el tarot.
Hoy creo firmemente o más bien supersticiosamente que el número tres es el número de mí suerte, o mí número de la suerte, pero no porque lo haya visto en el tarot aquella señora de la que no recuerdo ni sus facciones, pero bien que me acuerdo que me costo cincuenta pesos (y nótese que ya pasó bastante tiempo de eso, ahora una lectura de tarot te cuesta hasta quinientos pesos, “suben las cosas, menos mi sueldo” tarareando al Rockdrigo), si no porque nací en un día como hoy,  tres de septiembre.
Y me puse a escribir estas líneas,  en el día de mí cumpleaños treinta y cuatro, que ya no son dos veces mi número de la suerte, son tres veces diez, más cuatro veces uno, pero eso sí, en el día tres, del mes nueve, que a su vez es tres veces tres,  y que juntos no sólo son dos veces mi número de la suerte, son cuatro veces el número de mi suerte.

Y  así  pasen  los años, siempre se sumarán en un día como hoy...
Tres de septiembre. El día tres del mes nueve que a su vez es la suma de tres vece tres.




Escucha del disco Azul y Hurbanistorias:

sábado, 28 de agosto de 2010

EscribiendoenelAzuldelaIlusión

Ayer sentí el perfume de tú cuerpo, de aquellas veces en que salías de bañarte…

La mujer de la pálida piel escuchaba de los delgados labios de su amante (de amar),  aquella línea, sílaba a sílaba formando cada una de las palabras  de tan hermosa declaración llena de sentimientos encontrados, opuestos, dolorosos, quizá  también.

La mujer de la pálida piel tiene los ojos húmedos, llenos de la nostalgia de los días, de aquellos días, esos días que hoy recuerda este hombre amante, se le  inundan al escuchar cada uno de los sonidos que forman todos,  la tan sentida línea de quince  palabras harto sentidas, dichas, salidas, formadas, originadas de lo más profundo del ser más bello que ha conocido esta mujer de la que se habla aquí, la mujer de la  pálida piel, palabras que también contienen como todo, su contrario, su antónimo, su lado opuesto, hombre y mujer, ayer y hoy, extrañar y olvidar, y a la que  le siguen varias sentidas palabras más, después de los tres puntos suspensivos.

Y  ésta,  la primera línea con la que empieza esta hoja, que antes estaba en blanco, es una hermosa/dolorosa declaración  de amor/olvido de su amante (de amar).

¿Por qué? Porque sabe que hay amor,  el más grande y auténtico amor en las palabras de ese hombre de los delgados labios, y hay amor,  el más grande y sincero en esta mujer que ahora tiene los ojos húmedos de los días, de aquellos días, y  sin embargo,  aquellas quince palabras, también  están llenas de nostalgia, de tristeza, de olvido y de recuerdo  porque él, ya jamás vera la húmeda piel de ella, y ella ya jamás sentirá la calidez de la piel de él,  de su abrazo, la ternura de su mirada, de una voz llamándola ojos bonitos, ambos, ellos,  los dos amantes lo saben, lo sabían,  sabían  desde el primer día, que no tenían un futuro, no había un mañana,  cada día era un  adios que no se  decían, era más bien una larga agonía….

Por todo lo anteriormente dicho, esta declaración envuelta en el más blanco tono del amor, y en el más azul de los olvidos,  le resulta tan dulcemente dolorosa a la mujer que en este momento suspira y seca sus lágrimas.

Y ella responde...

Yo te he sentido desde el primer día.



 Escucha del disco "Al rojo":
Beso de Ginebra -Real de Catorce-

sábado, 24 de julio de 2010

HistoriaParaRegalarEnUnDíaComoHoy

Sueña… ¿Qué sueña esa mujer? Despierta de su sueño y con movimientos rápidos  se levanta de la cama, camina  de puntitas para no tocar por completo el suelo frio de su habitación, se le ven las piernas largas y delgadas, tensas, por la ligera fuerza que requiere caminar de puntitas, sus brazos un poco extendidos, para no perder el equilibrio, se dirige a la ventana, quiere refrescarse, despabilarse, se acerca lentamente para abrirla de par en par y respirar el aire de la mañana, su pecho se expande una vez, dos veces, un par de respiros más, al tiempo que deja caer ligeramente su cabeza hacia la izquierda para recargarla en la orilla de la ventana, su mirada se fija en la mañana que apenas se va descubriendo, esta despierta, sus ojos de pupilas café oscuro los tiene abiertos, pero parece que aún se encuentra  en el sueño del que despertó hace unos minutos. Su respiración es lenta y profunda y entre cada respiro cierra los ojos por largos segundos, no puede evitar evocar momentos felices y  por inercia los tristes, su memoria empieza a dar saltos en el tiempo, va de un recuerdo a otro, se detiene en una escena especifica, en un día, en una noche, en una caricia, en un beso, en una voz, en un te quiero, en una sonrisa, en un abrazo, en un adiós, en un te amo.  Qué soñaba  esa mujer, que su cabeza se llena de pasados, de ayeres, de días que ya no existen. Es el sueño recurrente del hombre de la piel amante.

Ensimismada, en estos pensamientos, su mirada se pierde en el amanecer que ya no esta viendo, su cuerpo permanece  junto a la ventana, pero lo que le da vida a ese cuerpo no. No siente el frío en su cara, ese  ligero aire frio que se cuela por las pequeñas aberturas de la ventana, ni el frio en sus pies descalzos, ni el frio en su cuerpo semi desnudo. Su memoria continúa persiguiendo a un tiempo pasado, pero es  inútil la persecución, ese tiempo no se atrapa, se deja ir.  Ella lo sabe, pero ahora ya es demasiado tarde, en estos momentos su memoria se detuvo en aquel día en que vio al hombre, protagonista de su sueño recurrente:

Era una mañana de verano, esta junto a la ventana, (como lo hace ahora con su cuerpo frio casi desnudo) y sus ojos de pupilas café oscuro le dan un vistazo al día que empieza, las calles sin gente, uno que otro vehículo, las ventanas vecinas aún cerradas,  pequeños pájaros sobre toda la maraña de cables, en el parque de enfrente algunos  vecinos  inician sus ejercicios, unos caminan, algunos otros corren alrededor del parque y otros solo pasan de largo,  el señor de los  tamales y el atole en la esquina, y uno que otro perrito lleva a sus padres a dar la vuelta  tan de temprano. La tranquilidad de un día que empieza antes de que  la ciudad despierte por completo.

Minutos  más tarde la gente sale de  las casas con las ventanas que permanecían cerradas hace unos momentos, niños, adultos, coches… gente, y más gente, hacia alguna parte, (¿O hacía ninguna parte?) escenas que se tejen, que se dibujan a la par de cada minuto que se hace menos de mañana.

Imaginemos  a la mujer con su cuerpo semi desnudo, de pupilas café oscuro, junto a la ventana, atenta a cada una de las escenas matinales anteriores, se le ve en el rostro un dejo de nostalgia, sus ojos se cierran mientras respira como si quisiera que entrase la mañana por su pequeña nariz,  y es entonces que después de algunas respiraciones sus ojos se abren y lo primero que observa es a un hombre que pasa frente a su departamento, un hombre que no había visto pasar por aquella calle, le atrae su silueta masculina, le parece un hombre misterioso, camina un poco encorvado y lleva en la mano la correa con que sujeta a un perro, no es de extrañar, ya se había dicho antes, que los perritos sacaban muy de mañana a sus padres a dar ese paseo. Ese hombre le parece extrañamente particular, extrañamente misterioso, su semblante refleja paz, tranquilidad, tiene la ternura del rostro de un niño, pero en su cuerpo puede verse que él tiene ya cierta edad madura, le atrae sobre manera su ropa,  pantalón de mezclilla, playera blanca de fuera, zapatos tenis, no tiene  nada de singular esa vestimenta, por las calles de la ciudad cientos de personas visten pantalón de mezclilla, playera blanca desgarbada y zapatos tenis,  lo que atrae su atención es la combinación de estos tres aspectos en ese hombre: su semblante de ternura, en un cuerpo maduro y con ropa que vestiría un adolescente, para ella es una curiosa combinación, pero extrañamente ese hombre le atrae.

¿Por qué fuma tan de mañana? Es curioso, ella no había visto a aquel hombre pasar por esas calles, ni cerca ni lejos, ni encontrárselo en la tiendita de la esquina, ni en la parada del autobús, ni comprando paletas y helados, ni en las ciento de veces que ella se asoma por la ventana a muy tempranas horas, ni en el carrito de jugos los domingos, ni en el de las hamburguesas en las noches, pero él no parece ser  un nuevo vecino, conoce el camino y su perro también, lo suelta de la correa y él con un palo en mano lo vigila, que no se vaya lejos… se oye un silbido, sigue fumando, ella lo observa detenidamente desde la ventana de su departamento,  y en un cierto momento de la escena del parque-hombre-perro, se acerca una mujer, a simple vista desde la ventana del departamento, parece que es un transeúnte  más,  va acercándose a la escena, se acerca, en cuanto más se acerca, más rápido camina, corre…. Y no, no pasa de largo,  abraza al hombre del semblante apacible con cigarro en mano, corresponde a su abrazo y la besa en los labios, se abrazan mirando con ternura al perro. Se le ve feliz, tiene esa mirada, esa mirada de una persona feliz, brillante, pelo negro largo lacio, viste un pants que le queda algo holgado,  y una playera ligera, su piel es clara, los rayos de sol de la mañana le iluminan más el rostro, su rostro se le ve reluciente, él no deja de abrazarla y besarla, parece que le dice cosas agradables al oído, se quedan viendo con gesto de complicidad y sonríen, ríen, son felices.

Ahora la escena es hombre-mujer-perro-parque, y la observa desde su ventana, desde ahí, se imagina las palabras que le dice al oído, Eres hermosa, Que linda que te ves, Quiero sudar contigo… Te quiero bien… Mientras ella observa desde la ventana, cree saber lo que le dice al oído,  empieza a tejer una historia  la historia de un antes de que el hombre del semblante apacible  saliera al parque y la mujer del rostro reluciente lo alcanzara….
Pasaron  la noche, como pasan todas las noches, sudándose, saboreándose, entregándose, reconociendo cada parte y punto de sus cuerpos, con caricias, besos,  durante… horas….hasta quedarse dormidos y despertar a  la hora de sacar al perro al parque.
O talvez, él ya este profundamente dormido, y a ella que hacer el amor la despierta más, se quedó observando el cuerpo desnudo del hombre que ama sobre las sábanas,  y lo ama más, es un hombre tan hermoso, piensa, y  acerca mas su cuerpo al cuerpo tibio de su amante, (amante, de amar), siente su calidez, y la suavidad de su piel, las sensaciones electrifican su cuerpo, su mente, le parece un sueño, no cree posible tanto placer, tanto gozo, tanta paz, tanta libertad a su lado.
O  tal vez ella duerme, y él la observa, observa un cuerpo desnudo iluminado por la luz de luna que traspasa la delgada cortina, observa sus líneas delicadas y curvas, pasa sus dedos por el largo de la espalada, con suavidad, le acaricia las cejas, se las besa y le dice al oído con la certeza de que ella lo escucha,  Te amo...ojos bonitos, y se abraza al cuerpo desnudo dibujado de luz de luna…. Amanece, se dicen buenos días,  se ven a los ojos, tienen que imaginar esas miradas, la mirada de él, la mirada de ella, ella piensa, Que hermosa mirada, expresa tanto, me dice tanto, más que las palabras, le dice te amo, pero ella siempre lo escucha de sus ojos, siempre de sus ojos, de su mirada. Él le dice, Me encanta que me veas así después de hacer el amor…. ¿Qué verá él en la mirada de ella? No quiere salir de la cama, pero su perro  impaciente quieres irse ya a  su paseo habitual, se levanta de la cama y lleva a su perro a ese paseo por el parque. Ella  se queda aún en la cama unos minutos, su intención es  no meverse  y esperar a que él regrese  y volverse a enredar en las sábanas, pero decide acompañarlo, se levanta, se pone  cualquier cosa, pants y playera de él, y sale de prisa.

Y  así llegan a la escena de él-ella-parque-perro, donde la mujer de la ventana los observa, mientras trata  de imaginarse  los diálogos y la historia del antes del parque, es entonces que  la mujer del rostro reluciente que abraza al hombre del semblante apacible, voltea la cara, buscando algo, o a alguien, tiene la sensación de sentirse observada, y busca esa mirada, no ve a nadie cerca, voltea de un lado a otro y no encuentra a alguien o a algo….

Pero la mujer desde la ventana si la puede ver, y lo que vio fue como ver en el espejo, da algunos pasos atrás… ¡No, no puede ser, imposible! Corre a el espejo y  lo que ve es a la mujer de los pants holgados y la playera ligera, a la mujer de los ojos de pupilas café oscuro, a la mujer del rostro reluciente, a la mujer de los ojos bonitos, a  la mujer que ama al hombre del semblante apacible…¡¡Ella, ella, soy yo!! ….

Siente como si su cuerpo fuera cayendo y cayendo… y cayendo……. y

c   a   y   e   n   d  o………



Despierta.


Despierta de su sueño y con movimientos rápidos  se levanta de la cama, camina  de puntitas para no tocar por completo el suelo frio de su habitación se le ven las piernas largas y delgadas...

...
...
...





domingo, 11 de julio de 2010

Mi Piel

 Rompiendo la promesa de no volver a ...
Mi piel aún tiene  restos de tu piel.
A casi trescientos sesenta y cinco días
y estoy en el mismo lugar.

Camino en círculos en los pasillos de la  memoria.
He pasado por el mismo lugar tanto tiempo
¿Cómo no he perdido la cabeza, los sentidos, la cordura?

Me salgo por las  puertas que he construido
por las ventanas,
me escabullo
me escapo...

Y la memoria desquiciada
obstinada...
 
Me lleva por los mismos pasillos
donde  los recuerdos, como cuadros colgados
me vuelven a los días, a esos malditos-benditos días,


Maldita sea
te recuerdo
te pienso
extrañamente te extraño.

¿Por qué?

Si fuimos cuando nos tocaba serlo
si fuimos cuando ni siquiera debimos serlo
si fuimos a escondidas de ese que llaman destino, 
sabía que éramos sueño, 
sabía que el tú y yo no se escribe en el mismo verso,
ni en la vida de ambos. 

Mi piel tiene restos de tu piel,
no te me caes
no te desprendes
no te apagas
no te extingues... 
No puedo  tocar  otra piel.

Tú 

viviendo

y

a mí

se me vienen

encima
 
sólo los días.
 



 

lunes, 5 de julio de 2010

LleguéTarde...

José Cruz

Llegué tarde a tú música, a tú poesía, a tú sensualidad, a ti…




Que se tarde en llegar el silencio, la oscuridad, 

que se extravíen, que se pierdan, 
que no encuentren el camino…


Foto: Concierto en El Bataclán 03 de Julio 2010
Más fotos quí:

martes, 18 de mayo de 2010

sábado, 15 de mayo de 2010

Mujer liviana. Recuerdo aquel día, uno de tantos (en realidad tan pocos).
Una mañana  de sábado.
Después de hacernos el amor te levantaste, bajaste las escaleras  para ir por tu vieja y gastada latita de forma circular, y aquellas hojitas verdes secas (jamás pude decirle por su nombre), con lo que todos los días preparabas con religiosidad tu “cigarro” (tampoco lo pude llamar por “sus nombres”, tengo un problema serio para decir cosas como: marihuana, porro, gallo, coger, follar, hechar un polvo, coño…tetas… entre otras, que por cierto contigo fue la primera vez que las escuchaba en vivo y a todo color), casi casi tú aire para vivir.

Te esperé en la cama.
Regresaste y por supuesto liaste tu “cigarro”.

Me dabas de tu “cigarro”, me acercabas la  mano con la que lo sostenías, como señal de invitación, al principio me negaba.
Recuerdo que le dabas unos “toques” (otra palabra), tomabas entre tus manos mi cara, acercabas tu boca a la mía, separabas con tus labios mis labios y dejabas el humo dentro de mi boca.
Ya después como que le tome el gusto a la sensación que dejaba el humo en mi garganta, y a la que dejaba en mi cabeza, y a la que dejaba en  mi  cuerpo, y a la que dejaba en mi alma.

Esa mañana de sábado te  observaba, me acercaste el “cigarro”, y le fumé.
Esa vez le fumé bien,  solo le dí unas cuantas fumadas  y ya me sentía “bien acá” (así solías decir).

Y volvimos a hacernos el amor.

Jamás te dije (supongo que eso lo sabes desde hace años), que esa mañana de sábado, hacer el amor con las sensaciones a flor de piel, con las sensaciones que se multiplican por mil, cuando una caricia se siente hasta la célula, cuando los sentidos se agudizan y  perciben hasta el más simple de los detalles, se siente hasta el más mínimo roce  y el tiempo se te hace lento, lento,   l   e   n   t   o  ….   
E   t   e   r   n   o… Contigo así, en ese estado de conciencia,  fue tan sensual, sentía  los movimientos de tu vientre tan lentísimos y tan adentrísimo, mi cuerpo y el tuyo se hacían uno, sentía como si fuésemos en un vaivén sincronizado,  mi sexo sentía  el tuyo, como iba penetrando centímetro a centímetro, milímetro a milímetro, podía sentir que era suave muy suave, como iba resbalándose fácil, como se empapaba, como latía…. Era consciente de todo aquello, y al mismo tiempo sentía que volaba, que flotaba,  sentía que nuestros cuerpos se elevaban de la cama,  que nos amábamos entre nubes de algodón azul.
No recuerdo que tiempo andubimos  en las nubes, solo sentí que fue tanto, e hicimos mucho, ese “mucho” que nos gustaba. 
Despues de ese "mucho" me acosté de lado, te di la espalda y tu me diste (metiste) tu sexo, nuestros cuerpos se durmieron.

Fue tan delicioso despertar del sueño que da  después de hacernos el amor (y en particular del sueño que da  después de fumarle bien antes de hacernos el amor).

¿Recuerdas el día que nos conocimos?

Ese día fue la primera vez que  me sentí entre nubes de algodón azul,  como humo, tan ligera, tan libre,
t  a  n               d    e    s    p    r    e    n    d    i    d    a…..


tan 

liviana.





Escucha: Mujer liviana -Real de Catorce- Disco: Cicatrices

domingo, 25 de abril de 2010

Henos Aquí Tan Brutales
 
A lado tuyo en  la cama de un cuarto de alquiler,
la última vez que fuimos (fuí) deseo, tristeza
ternura, pasión, ansias, recuerdo, dolor,
a   g   u   a …
 
Parafraseabas “Contraley”, te escuchaba,
te veía, ahí tendido en una cama que
no nos esperaba al (los)siguiente(s) día(s),
una cama sin vista al cielo.
 
Desnuda bajo las sábanas escuchaba de tus delgados labios a José,
no sabía si aquellos versos eran por nosotros (yo y tú), o por ustedes (tú y ella).

No importaba.

Solo deseaba que volvieras a  hacerme el amor,
por el resto de los minutos que te quedaban.
Pero ya no te quedaba tiempo.

Y  a mí me sobraba.
 
Hubiera besado tu piel amante, acariciado tu cuerpo con cada una  de las partes del mío,
no dejarte dormir hasta ya pasadas las madrugadas, 
despertarnos bajo la luz de una ciudad que sería testigo de un nosotros, de un cada uno.
 
Yo lo hubiera hecho por el resto de los minutos de mí       T   i    e    m    p    o  …

Pero a ti…..


E   l                 t   i   e   m   p    o


Se te acabo.


lunes, 29 de marzo de 2010

De los textos del alcohol
Fragmento de:  Páginas
página: 26-27


...Sueño que en las bolsas cargo un puñado más de tiempo
y que no me voy a ir
que mi muerte es de juguete
la única mentira que Dios no me perdona...

miércoles, 17 de marzo de 2010

Acerca de tí, acerca de mí

Rockdrigo González - Álbum: Aventuras en el DEFE
Por ese algo que no está
hoy me pongo a cantar, hoy me pongo a pensar
aunque sé que a veces no es bueno recordar
que las cosas pasadas no han de regresar
y que todas las cosas que hicimos
son parte del viento y del tiempo así nada más
acerca de tí, acerca de mí.


Uno pasa por la vida
sintiéndose bien o sintiéndose mal
algunas veces te quedas, algunas veces te vas
pero el amor verdadero, ese no lo olvidaras
aunque todas las cosas que hicimos
son  parte del viento y del tiempo asi nada más
acerca de tí, acerca de mí.



Acerca de tí, acerca de mí
Yo voy a construir una canción
para así darle forma a un viejo amor.



Uno pasa por la vida
sintiéndose bien o sintiéndose mal
algunas veces te quedas, algunas veces te vas
pero el amor verdadero, ese no lo olvidaras
aunque todas las cosas que pasen
sean parte del viento y del tiempo así nada más
acerca de tí, acerca de mí.


Acerca de tí, acerca de mí
yo voy a construir una canción
para así darle forma a un viejo amor.

 
08 Acerca de ti, acerca de mi.mp3 

jueves, 25 de febrero de 2010

Distante Instante

Rockdrigo González -Albúm: Hurbanistorias
Si volviera el amor...
Si tuviera un hermano, un amigo, un sueño en la mano...
Moriría ese dolor de buscar el calor
en el cruel laberinto de este vaso de alcohol...
de estas calles sin sol.

Si tuviera ilusiones...
Si existieran razones, locuras, mentiras, pasiones...
No habría necesidad de pasarme por horas
bebiendo cantimploras de esta gris soledad...
de esta eterna ansiedad.

Si pudiera borrarme esos viejos recuerdos
que como viles cuervos arrancan ya mis ojos,
dejando mis despojos entre historias hirientes
igual de indiferentes al amor y a las gentes...

Si te hubieras quedado...
Si me hubieras pedido que quemara el sonido...
de ese viejo pasado...
No estaría aquí metido ahogando mis entrañas
arañando el olvido...
bien confuso y perdido...

Cuando tenga la suerte
de encontrarme a la muerte yo le voy a ofrecer
todo el tiempo vivido  y este vaso henchido
por un distante instante...
Un instante de olvido...

Si pudiera borrarme esos viejos recuerdos
que como viles cuervos arrancan ya mis ojos,
dejando mis despojos entre historias hirientes
igual de indiferentes al amor y a las gentes...

Si volviera el amor...
Si tuviera un hermano, un amigo, un sueño en la mano...
Moriría ese dolor de buscar el calor
en el cruel laberinto de este vaso de alcohol...
de estas calles sin sol.
04 Distante instante.mp3 

jueves, 11 de febrero de 2010

Sácalo

Jaime López-  Álbum: Jaime López 

Quiero decir que estoy harto de mí 
Si algo de ti permanece aquí 
Sácalo, Sácalo 
Antes que me lleve el diablo 
Sácalo, Sácalo 
Antes que nos lleve el diablo

Si tuviera religión me pondría a analizar
Si tuviera ideología pondríame a rezar

Quiero creer que revive el ayer
Pero la piel se volvió pared
Tírala, Tírala
Saca la primera piedra
Tírala, Tírala
Tira la primera piedra

Si sumida en la prisión te podrías liberar
¿Porqué en la libertad te vas a encarcelar?

Quiero decir que estoy harto de mí
Si algo de ti permanece aquí
Sácalo, Sácalo
Antes que me lleve el diablo
Sácalo, Sácalo
Antes que nos lleve el diablo.

Mi enemiga no eres tú, tu enemigo no soy yo
El enemigo común, está alrededor
Sácalo, Sácalo
Antes que nos lleve el diablo
Sácalo, Sácalo
Antes que nos lleve el diablo.

viernes, 5 de febrero de 2010

Curarme

Que este amor, no sea doloroso.

Que recordarte, me ilumine el rostro,
me ensanche el corazón.

Que saberte, verte
no me rompa en pedazos.
 
Denme tiempo, alma, cuerpo y mente….

Denme tiempo...

Gota/Lluvia

Gota de lluvia limpia, transparente, fría, 
traviesa… 
Rompiendo la dulce quietud de los charcos turbios 
que se forman dispersos por el gris asfalto,   
de éste y otros lugares imaginables…

sábado, 9 de enero de 2010

...

El centro del 
                     corazón humano
                                               es de cierto 
                                                                   azul.

ComoNube

...Aquel hombre de los ojos transparentes café claro, y  la mujer de la pálida piel, a veces eran  terriblemente apasionados, calmaban su sed, bebían  hasta la  saciedad sus cuerpos, sus cuerpos eran agua y sed,  siempre que él era sed, ella agua y viceversa. 

…Conozco el exacto punto de donde eres sed,
Conoces el punto exacto de donde soy agua..

Y a veces eran  apaciblemente tiernos, pero casi  siempre les alcanzaban las noches y los días  para expresarse con  los diversos matices del amor.


En los brazos de ese hombre, el cuerpo de ella perdía peso,  se volvía leve,  tan leve, tan ligero, que el espacio que ocupaba su cuerpo entre  la cama, el cuerpo de aquel  hombre y las sábanas,  era el justo para volar.

En brazos de ese hombre…  la mujer de la pálida piel  siempre se sentía tan ligera, tan leve,  como de papel, como de  humo, 
                           como
                                       nube

                                                   ...
                                                            ... 

                                                                    ¿Será  nube en  brazos de algún otro hombre? 

                                                                                                                                              ...
                                                                                                                                                 ...



viernes, 8 de enero de 2010

...La Verdad

                                    está
                                                en
                                                        el
                                                               corazón...

domingo, 3 de enero de 2010

TresPalabras


La imaginación me es cruel,
me imagino no contigo,
no despertando con el azul que traspasa tu ventana reflejado en mis pupilas,
no mi pálida piel  contrastando con tu piel amante, 
no un contigo, un sin ti…

Sin ti a dos vueltas al reloj del minutero,
que en realidad no es lejos, es tan cerca…
Pero la distancia que hay entre tu y aquí
no es el tiempo que tarda el minutero,
es el tiempo que demores en decirme estas
tres palabras juntas:
¡te amo… ven!


Y esa es la distancia que hay de un “tu y aquí”…
tres palabras que escucharlas de ti es infinitamente irrealizable,
nos amaremos,
pero ya jamás nunca despertaremos junto al azul
de tu ventana.